Proyecto Hushê

Por Laura Vázquez

Naces y rompes a llorar. Estés donde estés, eso será lo primero que hagas, nazcas donde nazcas. La vida se abrirá paso a través del llanto en distintos puntos del planeta, a un mundo de distancia, de kilómetros físicos, pero a mucha más distancia en la cultura y en la calidad de vida.

Sandra nació en un hospital de Madrid, con asistencia médica y buenas condiciones higiénicas. Sudika lo hizo en la casa familiar, sin ayuda médica en una pequeña aldea al Norte de Pakistán, en el corazón del Karakorum, en Hushé. Nacieron en lugares del mundo muy diferentes, y sus destinos a partir de ese momento serán muy diferentes.

En el año 2001, la Fundación Sarabastall puso en marcha un proyecto español en uno de los lugares más remotos del Karakorum, con el objetivo de favorecer el desarrollo de la aldea de Hushé y ofrecer una mayor calidad de vida a sus habitantes. Educación, sanidad, agricultura, la construcción de un refugio hotel y lograr la integración e igualdad de la mujer en todos los ámbitos de la sociedad, fueron los pilares que sustentaron y dieron sentido a este Proyecto de Ayuda y Cooperación al desarrollo, que es uno de los más importantes de los que se están desarrollando en esta parte olvidada del planeta.

Desde hace más de 15 años, la Fundación José Ramón de la Morena decidió dar su apoyo a la Fundación Sarabastall, respaldando el proyecto educativo de Hushé, con la finalidad de proveer de herramientas suficientes a los niños y niñas de la zona para que puedan alcanzar un futuro lleno de nuevas ilusiones y prosperidad. La educación es el pilar del resto de los aspectos de cooperación, entendiendo que la única forma de mejorar la vida de los niños de estas aldeas es ayudándoles a formarse para acceder a una vida mejor.

La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo (Nelson Mandela).

En las aldeas del Valle de Hushé, existen escuelas, muchas de ellas precarias, que hacen posible que los más pequeños del pueblo, puedan realizar sus estudios primarios. Lo primero que se hizo en la aldea fue mejorar las escuelas y sus condiciones, así como formar a los profesores que se encargan de ellas. Para poder completar la enseñanza elemental, los niños deben superar exámenes de nivel fuera de sus escuelas y realizar cursos superiores en las escuelas de la capital, Skardú.

En el año 2001, en Hushé había una población aproximada de 1.200 habitantes, 350 de los cuales eran niños. En ese momento, tan solo 3 personas de la aldea de Hushé sabían leer y escribir y podían superar los estudios secundarios. Hoy en día, la población es de unas 1.500 personas, de las cuales unos 600 de ellos son niños. De esos 600 niños, la gran mayoría asisten a la escuela primaria, pues el 93% de la población infantil, niños y niñas, ha sido escolarizada.

Desde la Fundación José Ramón de la Morena se han concedido más de 300 becas para que los niños de Hushé puedan continuar sus estudios de secundaria durante 6 años en Skardú y algunos puedan tener acceso a los estudios superiores yendo a la Universidad.

Después de todos estos años, el proyecto se ha ido desarrollando de manera continuada y satisfactoria. Tanto es así, que a día de hoy podemos decir que ya hay 18 estudiantes universitarios (14 chicos y 4 chicas) que salieron del pueblo de Hushé y a comienzos del próximo curso podrán realizar sus estudios universitarios en distintas ciudades de Pakistán: Islamabad, Lahore, Skardú y Gilgit. Están estudiando física, química, magisterio, medicina, con la intención de poder mejorar su futuro y el de sus familias y contribuyendo a la prosperidad de su país. Y, lo que no es menos importante, ya contribuyen a que sus vecinos también mejoren su calidad de vida, pues muchos de los primeros niños ya son maestros, enfermeros, comadronas o informáticas, que desarrollan sus empleos en la aldea de Hushé.

Estos jóvenes han tomado consciencia de la importancia de la educación. Saben que ésta, ayuda no sólo al desarrollo intelectual de un país, sino que contribuye a la disminución de la pobreza. Aumentan sus posibilidades de trabajo y con ello su calidad de vida. Así mismo se verán beneficiadas la tolerancia cultural, el aumento tecnológico y la mejora de la salud de las personas. Especial importancia tiene la igualdad e integración de las mujeres, que tienen una problemática particular en una sociedad como la pakistaní. Muchas de ellas ven en estas becas, la posibilidad de cambiar su rol en la sociedad. Algunas de ellas han creado el primer equipo femenino de alpinismo y ya han escalado montañas de seis mil metros. Es el comienzo de un futuro prometedor donde ellas podrán decidir lo que quieran hacer con sus vidas, pudiendo ir a la universidad o escalar las montañas más altas de su país. Dependerá de ellas.

Es pues, necesario, buscar y potenciar la igualdad de oportunidades, y es precisamente esto lo que busca este proyecto desarrollado en Hushé. El programa de becas se inició en la aldea de Hushé, pero actualmente se ha extendido a otras aldeas del Valle cercanas, como son Khande y Tallis.

Este verano, la Fundación José Ramón de la Morena y la Fundación Sarabastall han viajado conjuntamente a Pakistán para ver la situación actual en Hushé y comprobar la evolución de la vida de sus habitantes, especialmente de sus jóvenes, que saben que, gracias a esa educación recibida, podrán tener la oportunidad de elegir qué quieren hacer con su futuro.

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