“TIPOS y TRATAMIENTO del CÁNCER de PRÓSTATA LOCALIZADO”

TIPOS DE Cap:

Adenocarcinoma

Es el tipo de tumor que con más frecuencia crece en la glándula prostática. La gran mayoría de los cánceres de próstata pertenecen a este tipo y suelen desarrollarse en la zona periférica de la glándula (región posterolateral).

De hecho, cuando hablamos de cáncer de próstata nos referimos al “adenocarcinoma de próstata”.

En el momento del diagnóstico el cáncer de próstata también se clasifica en función del grado histológico, es decir, del tipo de células cancerosas (atípicas) y de la rapidez con

que se multiplican. Para ello se emplea la puntuación de Gleason. Este sistema puntúa desde el 2 hasta 10 la posibilidad de que el tumor se disemine o extienda. Así, por ejemplo, una puntuación baja hace referencia a un crecimiento lento, con menor riesgo de diseminación. Se trata de un indicador que le sirve al urólogo para orientar las decisiones con respecto al tratamiento.

 

Otros tipos de cáncer de próstata

Muy raramente en la próstata pueden crecer otros tipos de tumores como sarcomas, carcinomas de células transicionales, de células pequeñas, epidermoides, o escamosas. Estas variantes minoritarias son, en general, más agresivas y de peor pronóstico.

El sistema TNM de estadificación del AJCC (American Join Committee in Cancer), se basa en cinco piezas clave de información:

  • La extensión del tumor principal (categoría T)
  • Si el cáncer se propagó a los ganglios linfáticos cercanos (nódulos) (categoría N).
  • Si el cáncer se ha propagado (metástasis) a otras partes del cuerpo (categoría M).
  • El nivel del PSA en el momento de realizar el diagnóstico
  • El grupo de grado (basado en la puntuación de Gleason), que mide la probabilidad de que un cáncer crezca y se propague rápidamente – se determina por el resultado de la biopsia de la próstata -, (o cirugía).
  • La etapas varían de I a Mientras más bajo sea el número menos se habrá propagado el cáncer.

Tras la confirmación del diagnóstico de cáncer de próstata y, una vez conocida la fase de la enfermedad, el siguiente paso es determinar la opción terapéutica más idónea para el paciente.

Tratamiento del cáncer de próstata

El cáncer de próstata presenta dos particularidades -con respecto a otros tipos de cáncer-. En primer lugar, por lo general, su comportamiento no es tan agresivo como el de otros tumores y suele tardar años en progresar.

Por otro lado tiene la peculiaridad de que existen varias modalidades de tratamiento en muchas de sus fases. Esto es muy importante, pues nos permite adaptar los tratamientos a las circunstancias individuales de cada paciente. Por ejemplo, si por sus antecedentes personales puede ser arriesgada una intervención quirúrgica podemos disponer de otras opciones como la radioterapia externa.

Describiremos los diferentes tratamientos para las distintas fases o estadios del cáncer de próstata

  • Cáncer de próstata localizado
  • Cáncer de próstata localmente avanzado
  • Cáncer de próstata avanzado
  • Cáncer de próstata resistente a la castración

Cáncer de próstata localizado

En esta fase el cáncer está dentro de la próstata sin extenderse a ningún órgano vecino. En estas etapas las posibilidades de curación con los tratamientos disponibles son muy elevados.

Dependiendo de cada caso, y también de las preferencias del paciente, el urólogo ofrecerá diferentes tipos de tratamientos: cirugía, radioterapia, terapia focal de las lesiones.

Cada uno de estos procedimientos tiene sus ventajas e inconvenientes, y la decisión a la hora de escoger el mejor tratamiento será individualizada y se decidirá junto con el urólogo

Habrá que tener en cuenta la edad, la presencia de otras enfermedades, el riesgo quirúrgico, el calibre y fuerza del chorro de proyección urinario, así como factores inherentes al propio cáncer, como su agresividad que pueda manifestarse en la biopsia, así como el número de lesiones que se aprecian en la glándula, en el caso de que se haya realizado una resonancia magnética multiparamétrica de la próstata.

En el caso de la opción elegida fuera la radioterapia externa, o la braquiterapia, será el oncólogo radioterápico el encargado de explicar las posibles ventajas e inconvenientes.

CIRUGÍA:

La cirugía del cáncer de próstata se denomina prostatectomía radical y consiste en la extirpación completa de la próstata y de las vesículas seminales

  • Prostatectomía radical abierta: es el método más tradicional. El urólogo opera a través de una incisión en la parte baja del abdomen para extraer la próstata y los tejidos Este tipo de cirugía se realiza con menos frecuencia que en el pasado. Con el desarrollo de la cirugía mínimamente invasiva la técnica quirúrgica se ha perfeccionado mucho. Se consigue una disminución muy importante del sangrado y una recuperación post-quirúrgica muy rápida. Por otra parte, una mejora importante de los resultados funcionales de incontinencia urinaria y capacidad sexual.
  • Prostatectomía radical por abordaje laparoscópico
  • Prostatectomía radical por abordaje robótico (Da Vinci)

RADIOTERAPIA:

En una modalidad de tratamiento oncológico que prescribe y realiza el oncólogo radioterápico. Incluye una gran diversidad de procedimientos y técnicas que tienen en común el uso de radiación ionizante. Tanto el desarrollo del conocimiento acerca de la biología del cáncer de próstata como la innovación tecnológica han permitido posicionarla como una de las opciones de tratamiento curativo en el cáncer prostático. Disponemos de dos tipos de tratamiento radioterápico en función de la localización de la fuente de irradiación:

  1. Radioterapia externa:

La fuente de irradiación se encuentra en unos equipos llamados aceleradores lineales y, por tanto, fuera del paciente, y las sesiones se prolongan durante varias semanas, si bien, en la actualidad, las nuevas técnicas permiten completar el tratamiento mucho menos tiempo.

Radioterapia de intensidad modulada (IMRT) y la radioterapia guiada por la imagen (IGRT).

  1. Braquiterapia:

La principal ventaja está en relación a la radioterapia externa que permite el depósito directo de la dosis en las zonas que se desea tratar. Es un tratamiento que se realiza en uno o dos días. Se utilizan implantes permanentes (tasa de dosis baja) o temporales (tasa de dosis alta). En los implantes permanentes las fuentes radioactivas encapsuladas (semillas de iodo-125), permanecen indefinidamente en la próstata del paciente. En las temporales se extraen tras administrar la dosis pautada.


Es una técnica mínimamente invasiva y ambulatoria.

TERAPIA FOCAL

Permite tratar únicamente la lesión tumoral y preservar el resto de la próstata, pero sólo es aplicable cuando las lesiones tumorales son pocas, la anatomía de la próstata es propicia y la agresividad del tumor, medido y evaluado es la biopsia no es elevada.

Tratamiento que consiste en localizar con una resonancia magnética multiparamétrica las lesiones tumorales y tratarlas focalmente, respetando el tejido prostático no afectado por el tumor.

Se usan diferentes tipos de energía como los ultrasonidos focalizados de alta intensidad (HIFU), crioterapia etc.

Técnicamente se realiza insertando unas agujas en el interior de la próstata a través del periné (zona comprendida entre el ano y los genitales). Las agujas van guiadas por un ecógrafo transrectal.

Vigilancia activa

Podría ser una opción atractiva para manejar esta enfermedad, dado que algunos cánceres de próstata progresan muy lentamente en el tiempo. Esta opción trata de evitar sobretratar con cirugía, radioterapia u otras técnicas, aquellos tumores que sean “indolentes” o “clínicamente no significativos”.

Vigilancia activa significa vigilar mediante controles analíticos y biopsias de próstata periódicas que el cáncer no se vuelva agresivo. 

Puede aparecer como una opción atractiva para manejar esta enfermedad. Será necesario tener en cuenta el estadio incipiente y el bajo riesgo. Sin embargo los criterios de selección óptimos para la vigilancia activa continúan sin definirse. Distintos estudios de vigilancia activa en diferentes países pueden usar distintos programas e incluso distintas pruebas de vigilancia.

Las indicaciones de reclasificación de la enfermedad son un aumento del 30% en el nivel de PSA o hallazgos mediante nuevas biopsias que indiquen progresión, como el aumento en la puntuación de Gleason, aumento en la longitud del tumor o en el volumen de un cilindro tisular positivo, o cilindros positivos adicionales. Si se reclasifica la enfermedad de un paciente se le ofrecerá cirugía o radioterapia.

En el próximo post continuaremos con los tratamientos del cáncer de próstata localmente avanzado, el avanzado y el resistente a la castración

Dr. Miguel LITTON MUÑOZ.
URÓLOGO.