La próstata es una glándula que forma parte del sistema reproductor masculino. Se encuentra situada por debajo y por delante de la vejiga, órgano donde se almacena la orina que se produce en los riñones. La orina sale de la vejiga a través de un conducto que se llama uretra que finaliza en el extremo del pene y que sirve para vehiculizar la orina desde la vejiga al exterior.

La próstata produce un líquido seminal importante para que los espermatozoides maduren y permanezcan vivos.

Cáncer de próstata

El cáncer de próstata consiste en el crecimiento maligno, atípico y descontrolado, de algunas de las células que conforman la glándula prostática.

Las mutaciones en el ADN de estas células anormales hacen que crezcan y se dividan de manera más rápida que las células normales. Estas células anormales continúan viviendo cuando otras células morirían. Este crecimiento, con el tiempo, puede

llegar a invadir las estructuras vecinas (como las vesículas seminales o la vejiga), y extenderse a otros órganos como los ganglios linfáticos, los huesos, los pulmones o el hígado.

Incidencia

Es el cáncer más frecuente en el varón adulto, cada año se diagnostican en España 33.370 nuevos casos, lo que supone el 22% de todos los cánceres que afectan a la población masculina.

Las posibilidades van aumentando con la edad, especialmente a partir de los 50 años, aunque también pueden diagnosticarse en personas más jóvenes.

Por lo general el cáncer de próstata se desarrolla lentamente y en algunos casos no requerirá tratamiento.

 

Esperanza de vida del cáncer de próstata en España.

Aproximadamente un 85% de los pacientes que sufren un cáncer de próstata en España sobreviven más de 5 años. Se trata de una supervivencia global sin tener en cuenta edad, tipo histológico o fase de la enfermedad.

Prácticamente el 100 % de los hombres con cáncer de próstata, siempre que esté confinado a la glándula o con una extensión local, tienen supervivencia a 5 años.

La supervivencia ha mejorado en las últimas décadas y se espera que esta tendencia continúe.

Desde la generalización del test de diagnóstico precoz de determinación de niveles de PSA en sangre ha aumentado la incidencia del tumor, pero al

 

mismo tiempo la supervivencia, no sólo porque se diagnostican y tratan tumores más pequeños con un excelente pronóstico, sino también por la mejora de los tratamientos.

Factores de riesgo

Aunque no se conocen todos, existen tres factores de riesgo bien identificados: la edad, la raza o el grupo étnico y la presencia de familiares de primer grado con cáncer de próstata.

Edad:

Las probabilidades de desarrollarlo aumentan a medida que vamos envejeciendo, pero muchas personas mayores que tienen CaP no mueren por esta causa.

Si se analizara la próstata a todos los hombres por encima de los 80 años que fallecen, encontraríamos un tumor en muchos de ellos, sin embargo, su muerte no estuvo relacionada con el. Pudieron morir “con cáncer de próstata” pero “no de cáncer de próstata”.

Es lo que en medicina conocemos como “significación clínica”. Para considerar que el tumor fue la causa del fallecimiento, habrá que tener en cuenta su agresividad y la edad de la persona.

Raza/grupo étnico:

Son muchos los estudios que apuntan que ciertas características raciales y étnicas son factores de riesgo. La tasa de incidencia es más alta entre los hombres de raza negra, especialmente entre los afroamericanos.

Factor hereditario:

Existen familias en las que se observa una alta prevalencia de cáncer de próstata.

El riesgo se duplica si un padre o un hermano han sido diagnosticados y si ambos tuvieron la enfermedad, ese riesgo es aún mayor.

Los hombres obesos diagnosticados de cáncer de próstata pueden tener más probabilidades de desarrollar la enfermedad en un estadio avanzado que es más difícil de tratar.

 

Síntomas

A menudo, el cáncer de próstata en estadio inicial no presenta signos ni síntomas.

Entre el 30 y 40% de los varones de 50 a  80 años pueden tener cáncer de próstata sin síntomas clínicos (latente).

Normalmente se sospecha mediante un análisis de sangre rutinario o bien, en el contexto de un estudio más concreto si el médico ha detectado síntomas de HBP (hiperplasia prostática benigna).

En este último caso solicitará un análisis de sangre para conocer el nivel de antígeno específico prostático (PSA). Si es elevado el urólogo deberá solicitar controles y pruebas para diagnosticarlo.

Cuando el cáncer de próstata se manifiesta con signos y síntomas suelen ser similares a los de la HBP (Hiperplasia prostática benigna):

  • Micción frecuente
  • Flujo miccional débil o Necesidad de hacer fuerza para vaciar la vejiga.
  • Urgencia miccional
  • Nicturia (levantarse una o más veces a orinar durante el sueño)
  • Presencia de sangre en el semen (Hemospermia)
  • Dolor o ardor al orinar (Disuria), menos frecuente
  • Disfunción eréctil

 

Importante volver a resaltar que en ocasiones los hombres con CaP (cáncer de próstata), no manifiestan ninguno de estos cambios.

Otras enfermedades de la próstata, como la HBP (Hiperplasia prostática benigna), pueden producir síntomas similares, o bien, la causa de estos síntomas puede deberse a otra afección médica diferente que no sea cáncer, como una infección urinaria, una prostatitis o una cistopatía.

Si el CaP llega a diseminarse fuera de glándula prostática (fases avanzadas del CaP) el paciente pueda experimentar:


DiagnósticoAfortunadamente hoy en día, un 85/90 % de los diagnósticos se realizan en fases tempranas de la enfermedad.

Analítica de sangre: La analítica general es poco específica para diagnosticar el CaP. En fases muy avanzadas (con metástasis múltiples) se puede observar una elevación de la fosfatasa alcalina o de la LDH (enzima lactatodeshigrogenasa), de la creatinina (insuficiencia renal).

Esencial solicitar el antígeno específico prostático (PSA)

Un PSA elevado es el primer signo de sospecha de CaP, pero no significa que se tenga la enfermedad, ya que el PSA puede elevarse también por otros motivos (prostatitis, HBP). No obstante, índica la necesidad de hacer alguna prueba más para descartar o diagnosticar el cáncer. Con un simple análisis de sangre se puede averiguar el nivel de PSA.

 

Tacto rectal:


Es una prueba diagnóstica muy importante. Consiste en palpar la superficie de la glándula introduciendo el dedo en el recto. Se sospecha la presencia de un tumor cuando se palpan nódulos duros o una próstata de consistencia dura. 

 

TAC (tomografía axial computarizada)

Es una prueba de imagen. No causa ningún tipo de dolor. Se trata de evaluar si el tumor se ha extendido fuera de la próstata o a estos órganos (ganglios, hígado, pulmones).

Gammagrafía:

Es, junto con el TAC, uno de los estudios que se realizan habitualmente para evaluar la extensión de la enfermedad. En este caso se solicita para saber si se ha extendido a los huesos.

Consisten en la inyección de una sustancia radiactiva que se fijará en estos. Se analizará con un lector de radioactividad capaz de identificar la presencia de metástasis óseas.

 

Resonancia magnética muliparamétrica (RMMP).

Permite visualizar áreas sospechosas en el interior de la próstata (técnicamente denominadas PIRADS), y dirigir la aguja, en caso de biopsia, a estas áreas.

Gracias a ella se están diagnosticando cánceres en localizaciones “difíciles” e identificando aquellos con mayor importancia clínica. Sin embargo también se ha visto que una RMMp interpretada como normal no excluye la existencia de un tumor prostático.

 

Biopsia transrectal ecodirigida

Está indicada cuando haya sospecha o indicios de que pueda haber un cáncer de próstata.

El diagnóstico definitivo se establece tras realizar esta prueba que consiste en tomar unas muestras de la próstata para que el patólogo las analice y confirme o descarte el cáncer.

Habitualmente se lleva a cabo en el hospital, pero en régimen ambulatorio, es decir, el paciente recibe el alta y puede volver a casa en minutos/hora. Suele utilizarse anestesia local pues se trata de una prueba bien tolerada y con profilaxis antibiótica.

Consiste en la introducción de una sonda ecográfica por vía endoanal (rectal) y mediante visión ecográfica realizar varias tomas de muestras de

tejido prostático (cilindros) a través de una aguja de punción muy fina.

La biopsia prostática, como cualquier procedimiento

invasivo, puede ocasionar complicaciones. Lo habitual es que no se presenten o, si lo hacen, sean leves o moderados (orinar sangre por un corto periodo de tiempo). En raras ocasiones, surgen otras más importantes, como prostatitis, fiebre alta, retención urinaria o incluso sepsis urológica que puede ser grave.

 

Biopsia /fusión de próstata guiadas por fusión de RMMp y ecografía transrectal

Con este procedimiento se pueden diagnosticar hasta un 30% más de cánceres agresivos que hubieran pasado desapercibidos con la biopsia clásica. En los últimos años se ha desarrollado esta técnica que ha supuesto un avance en la detección y diagnóstico del CaP, ya que ofrece mucha mayor resolución que la ecografía transrectal sola.


Es un procedimiento mínimamente invasivo que ofrece un mapa anatómico de la próstata de gran exactitud de las zonas afectadas por el tumor, permitiendo planificar el tratamiento del cáncer de forma personalizada.Se realiza en el quirófano, bajo sedación y  por vía perineal: Biopsia mapeo transperineal con fusión de imágenes de resonancia magnética en tiempo real, logrando una mayor rentabilidad de la biopsia, al combinar en el momento que se realiza, las imágenes obtenidas en la resonancia magnética y la ecografía transrectal.

En el siguiente post, 2ª parte sobre el Cáncer de Próstata, abordaremos los diferentes tratamientos entre otros aspectos.

Dr. Miguel LITTON MUÑOZ URÓLOGO