Etimológicamente la cistitis es una inflamación de la vejiga urinaria, generalmente está causada por una infección bacteriana, pudiendo afectar a personas de todas la edades aunque es más frecuente en mujeres, debido a su anatomía genitourinaria.
La bacteria Escherichia Coli es la responsable de la mayoría de los casos. Estas infecciones del tracto urinario inferior (ITU), son también frecuentes entre los hombres a partir de los 50 años, debido a la relación con el crecimiento prostático (HBP – Hiperplasia Prostática Benigna). Estas bacterias que normalmente están en el intestino (heces), pueden llegar a la vejiga a través de la uretra provocando la infección.
También puede originarse por factores no infecciosos como la irritación química, radioterapia, empleo de ciertos productos de higiene. Hay un tipo de cistitis denominada intersticial, que es una enfermedad grave, con un pronóstico muy diferente.
Denominamos cistitis recurrente a aquella que se repite tres o más veces en un tiempo inferior a un año, o dos infecciones en los últimos seis meses. La recurrencia puede deberse a una recidiva o a una reinfección.
“Se estima que un 60% de las mujeres presentarán cistitis a lo largo de su vida, y de un 30 a 40 % padecerán recurrencia”.
Síntomas:
- Disuria: Sensación de quemazón o dolor al orinar.
- Polaquiuria: Necesidad de orinar con frecuencia en pequeñas cantidades.
- Urgencia miccional: Sensación constante de ganas de orinar con premura, incluso después de vaciar la vejiga puede persistir la urgencia de miccionar o presión en el área suprapúbica.
- Color turbio o anormal de la orina.
- Hematuria: Aparición de sangre en la orina.
Diagnóstico:
Es necesario realizar un análisis de orina con urocultivo. Muy importante recoger la orina antes de iniciar el tratamiento antibiótico.
Prevención:
- Ingesta abundante de líquidos que sería el primer paso para la eliminación de las bacterias.
- En el caso de las mujeres una higiene personal adecuada, evitando sustancias irritantes en el lavado higiénico íntimo, y tratar de orinar lo antes posible después de una relación sexual. El empleo de ciertos geles lubricantes y algunos anticonceptivos también pueden ser precursores de la cistitis postcoital.
- En mujeres postmenopáusicas la lubricación insuficiente de la vagina es más propensa a irritarse y a hacerse más vulnerable.
Tratamiento:
El tratamiento habitual para una cistitis bacteriana es el empleo de antibióticos. Es conveniente un tratamiento de 7 días aún en el caso de que los síntomas mejoren a partir del segundo o tercer día.
El antibiótico, será el adecuado según el antibiograma que se haya realizado con el urocultivo. Alternativas “no farmacológicas” que cada vez son más empleadas en la prevención:
L-MANOSA: Es un azúcar simple (monosacárido) que puede actuar en el tracto urinario desactivando las capacidades adhesivas o invasivas de ciertas bacterias.
ESTRÓGENOS TÓPICOS: En el caso de la mujer menopáusica y postmenopáusica el empleo de estos estrógenos por vía vaginal, aumenta la concentración de lactobacilos disminuyendo el PH vaginal, y reduciendo las infecciones urinarias recurrentes.
ARÁNDANOS ROJOS (paraaminocianidinas): El extracto seco de arándanos rojos americanos puede establecer una barrera físico-mecánica natural contra la adherencia de la E.Coli a la superficie de las células de la mucosa vesical.
Dr. Miguel Litton Muñoz
Urólogo