El cólico nefrítico, cólico renal o cólico de riñón se caracteriza por un dolor intenso, punzante en la región lumbar (costado), que puede irradiarse hacia el hipocondrio (lado del abdomen) y la ingle.

El dolor puede ir acompañado de mal estado general, náuseas, vómitos, sudoración y síntomas urinarios (escozor al orinar, orina sanguinolenta, sensación continua de ganas de orinar entre otros).

El dolor no se calma ni mejora cambiando de posición.

La causa más frecuente es la presencia de cálculos (piedras) en las vías urinarias (pelvis renal o uréter -conducto que conecta el riñón con la vejiga-), que produce obstrucción del riñón, reteniéndose la orina y provocando dilatación de las vías urinarias, que es lo que desencadena el cólico.

Los cálculos renales están formados por depósitos duros constituidos por minerales y sales que se forman en los riñones. Esta es la causa más frecuente, pero cualquier otra sustancia que ocupe el uréter y obstruya el riñón puede provocar el cólico nefrítico (tumores ureterales, fibrosis retroperitoneal).

Síntomas:

Dolor en la zona costolumbar. Es punzante e intenso, que puede irradiarse hacia la parte baja del abdomen y la ingle.

  • Dolor que viene en oleadas y con intensidad variable.
  • Dolor o escozor al orinar.
  • El dolor puede cambiar a medida que el cálculo se desplaza a través de las vías urinarias (uréter lumbar, uréter iliaco, uréter pelviano, uréter yuxtavesical a punto de entrar en la vejiga).
  • Orina color rosado (hematuria)
  • Necesidad constante de orinar y con mayor frecuencia (cuando el cálculo está cerca de la vejiga).
  • Náuseas y vómitos
  • Sudoración, malestar general.
  • En caso de infección urinaria añadida, fiebre y escalofríos: complicación grave.

Causas:

Los cálculos renales no tienen una sola causa definida aunque diversos factores pueden aumentar el riesgo de formarse.

Los cálculos renales se producen cuando la cantidad de sustancias que forman cristales, como el calcio, el oxalato, el ácido úrico, en la orina es mayor de lo que pueden diluir los líquidos presentes en esta.

Al mismo tiempo la orina puede carecer de sustancias que impidan que los cristales se adhieran unos con otros lo que crea un medio ideal para la formación de estos cristales.

Tipos de cálculos renales

  • Cálculos de calcio: son la mayoría y suelen producirse en forma de oxalato cálcico (70 a 80 %).
  • Cálculos de fosfato amónico-magnésico, originados por infecciones urinarias (bacterias llamadas desdobladores de la urea). Suelen ser cálculos grandes que suelen quedarse en las cavidades renales (coraliformes o asta de ciervo).
  • Cálculos de ácido úrico (entre el 5 y 10 %). Pueden deshacerse alcalinizando la orina.
  • Cálculos de cistina (muy raros 1%). Que suelen ser de causa genética.

Diagnóstico clínico

  • Dolor cólico lumbar agudo que se irradia al hipocondrio y a la ingle y en ocasiones a los genitales.
  • No mejora con los cambios de postura ni en reposo.
  • Náuseas y vómitos
  • Exploración abdominal (puño percusión lumbar).

Pruebas complementarias:

  • Análisis de sangre y orina
  • Radiografía simple de abdomen y ecografía para detectar la localización del cálculo.
  • Otras exploraciones como Uro-Tac (con o sin contraste), urografías, una vez hayan desaparecido el episodio agudo.

Factores de riesgo 

  • Antecedentes personales o familiares de litasis
  • Deshidratación: no beber agua suficiente todos los días puede aumentar el riesgo de tener cálculos renales. Las personas que viven en climas cálidos o que sudan en exceso tiene mayor riesgo.
  • Ciertas dietas: consumir muchas proteínas, sal y azúcar. El exceso de sal en la dieta aumenta la cantidad de calcio que deben filtrar los riñones e incrementa el riesgo.
  • Obesidad: Índice de masa corporal alto, perímetro de cintura ancho y aumento de peso aumenta el riesgo de padecer cálculos.
  • Cirugía y enfermedades digestivas: By-pas gástrico, enfermedad intestinal inflamatoria o diarrea crónica.
  • Alteraciones en el metabolismo del cálcio (Hipercalcemia), Hiperparatiroidismo entre otras.

Opciones de tratamiento

Fase aguda:

Controlar el dolor mediante analgésicos o anti-inflamatorios empezando por vía oral, y en caso de no mejorar por vía endovenosa, será necesario acudir a un centro de urgencias hospitalario.

Si el cólico no mejora y comienza con algún signo de complicación (infección urinaria con fiebre, deterioro de la función renal, dolor insoportable), será necesaria la inserción de un catéter doble jota a través del uréter y bajo anestesia.

                                            

Cateter Doble J

Expulsión natural del cálculo

Según el tamaño, el tipo, la ubicación y la causa del cálculo renal, es posible que el urólogo recomiende esperar a que el cálculo ureteral se expulse de manera natural, sin intervención médica o quirúrgica durante 4 a 6 semanas. Después de este tiempo es posible que sea necesario volver a evaluar un plan de tratamiento, y determinar si se puede continuar de manera segura con la observación o si se debe llevar a cabo una intervención.

Terapia médica expulsiva

Los cálculos ureterales pueden expulsarse con más facilidad con medicamentos alfabloqueantes (Tamsulosina).

Litotricia extracorpórea por ondas de choque (LEOC)

Es una técnica no invasiva para el tratamiento de la litiasis (piedras o cálculos en el riñón). Esta es una técnica muy común y eficaz que no necesita cirugía ni ingreso hospitalario.

 

Ureteroscopia (URS)

Procedimiento quirúrgico endourológico para extraer el cálculo o proceder a su litotricia con láser Holmio u otro sistema de litofragmentación.

En esta imagen los doctores Budía y Cansino operando a un mismo paciente por URS y nefrolitotomía percutánea en una de nuestras “brigadas urológicas” en Oaxaca (México).

 

Nefrolitotomía percutánea (NLPC)

Es probable que el urólogo recomiende esta intervención si el paciente tiene cálculos grandes en gran cantidad o complejos. La duración de la cirugía es de 1 a 3 horas y habitualmente el paciente requerirá permanecer en el hospital 1 ó 2 días.

Dr. Miguel Litton Muñoz
Urólogo