El sábado a las 17.30 La Rosaleda de Málaga acoge una de las finales de la Copa de la Reina más desigualadas de los últimos tiempos entre el Barça y el EDF Logroño
Tan solo dos años en la élite le han hecho falta al EDF Logroño para meterse en una histórica final de Copa. El conjunto riojano eliminó en semifinales a un histórico como el Athletic en Las Gaunas, en una agónica tanda de penaltis que coronó a su portera, Pamela Tajonar, como heroína del encuentro.
Ya han hecho historia, pero el sábado saltarán al césped de La Rosaleda para intentar competir contra uno de los mejores equipos de Europa, el Barcelona. El equipo azulgrana mantiene una línea inmaculada en Liga, 16 victorias en 16 partidos con 84 goles a favor y tan solo tres en contra. El Barça es una máquina perfecta de hacer fútbol desde hace tres años, desde que perdieron aquella final de Champions ante el todopoderoso Lyon. En ese momento, en el mismo aeropuerto de Budapest, tras la derrota, llegó el punto de inflexión en el conjunto de Lluis Cortés: las jugadoras y el cuerpo técnico se dieron cuenta de que debían cambiar, debían mejorar en sus entrenamientos para ser mejores. Y lo hicieron. Desde aquel momento lo han ganado todo en la competición nacional, salvo la pasada Supercopa, donde cayeron en la tanda de penaltis ante el Atlético de Madrid. Futbolistas como Alexia Putellas, Jennifer Hermoso o Mapi León se han instalado en las listas de las mejores del mundo. Y sobre todo, el hambre, la ambición de este grupo comandado por un grandísimo entrenador como Lluis Cortés ahora mismo no tiene freno, son las mejores pero quieren seguir siéndolo. Y el sábado tienen una oportunidad más de demostrarlo.