Miriam Gutiérrez es campeona de Europa de boxeo, un deporte agresivo, pero muy noble. Pero su historia va más allá del cuadrilátero. Con 21 años, estando embarazada de su hija, empezó a recibir agresiones de su pareja: «intentaba cambiar mi forma de ser, mi forma de vestir y que no saludase a nadie por la calle», dice Miriam. Al principio creía que eran simples discusiones de pareja, pero no era así. Al final, denunció. A pesar de todo, asegura que si volviera a suceder no se defendería boxeando, porque «hay miles de formas de solucionarlo.
Ahora imparte charlas sobre la violencia doméstica tanto a mujeres como a hombres. Ahora que pasa muchas horas entre hombres por el boxeo se da cuenta de que hay mucha acosadora: «una persona pone una falsa denuncia y el hombre se pasa dos días en el calabozo». Y todo es por un tema de celos. La solución, dice, son «leyes justas. Todo es mejorable». Por eso da ese tipo charlas en las que la conclusión es que «cuando verdaderamente lo pasas mal lo menos que quieres es buscar conflicto, te quieres alejar». Ha conocido a hombres que han sido agredidos por su pareja, pero que, al igual que ella al principio, por vergüenza no hacen nada.
La violencia doméstica es un tema de conversación ahora mismo. La entrevista con Miriam Gutiérrez puede dar cierta luz al debate.