El Dr. Miguel Litton, es un urólogo reconocido internacionalmente no solo por su profesionalidad, sino también por su faceta solidaria con las brigadas urológicas, grupo de médicos españoles que operan a la gente más necesitadas. Además el doctor realiza una importante labor solidaria y de divulgación a través de la Fundación Miguel Litton. Desde la Fundación José Ramón apoyamos algunas de sus iniciativas y del mismo modo contribuimos a la creación de conciencia sobre problemas y enfermedades urológicas. 

fimosis

En este post, de la mano del Dr. Miguel Litton nos acercamos a la fimosis una de las anomalías más frecuentes y a la vez desconocida en algunas de sus causas y consecuencias. Para ello trataremos brevemente las causas, los tipos de fimosis, el cuadro clínico y los tratamientos más frecuentes. 

La fimosis puede definirse como la dificultad o la imposibilidad de retraer la piel del prepucio que recubre el glande o cabeza del pene. Al nacer el prepucio está fusionado, pegado al glande, lo que quiere decir es que todos los varones recién nacidos tienen lo que se llama una fimosis fisiológica. Durante la infancia o en la pubertad, las adherencias que fusionan el glande a la piel van despareciendo. Aproximadamente en el primer año de edad se ha solucionado en un 50 % de los niños. A los tres años ya no les pasa al 90 %.

¿Por qué se produce?

  • La fimosis congénita, es cuando persiste, la imposibilidad de retraer el prepucio, alcanzada ya cierta edad.
  • La fimosis adquirida se debe habitualmente a infecciones repetidas (balanopostitis), muy frecuentes en diabéticos, liquen plano. El prepucio y/o el glande se inflama y el tejido cicatrizado se contrae y se endurece ligeramente propiciando la fimosis.

Son varias las causas que se pueden relacionar con la fimosis en adultos:

  • Diabetes. Es la causa principal. En algunos casos el cierre del prepucio se convierte en en primer síntoma de una diabetes que no se conocía.
  • Las infecciones de la piel del prepucio pueden ser causadas por hongos o bacterias así como por infecciones como el VPH o herpes genital.
  • Liquen escleroso del pene que puede afectar el prepucio y el glande. Es una enfermedad dermatológica inflamatoria de causa es conocida. Puede aparecer por microtraumatismos o infecciones del pene afectando primero a la zona del frenillo y al anillo prepucial.
  • Hay que destacar que la higiene es importante, aunque no suele ser una causa común de fimosis en los países desarrollados. Sin embargo, a largo plazo, una fimosis no tratada dificulta la higiene de la zona, lo que puede provocar una balanitis xerótica crónica que supone un aumento del riesgo de sufrir cáncer del pene. Eso si, hay que destacar que se trata de un problema muy poco frecuente.

Tipos de fimosis

Según el grado de estrechez del prepucio pueden ser:

  • Fimosis puntiforme (incluso puede haber problemas para orinar)
  • Fimosis anular: incapacidad del prepucio para retraerse formando un anillo en torno al glande sin que se pueda ver el surco balánico.
  • Fimosis cicatricial: habitualmente cuando ha habido una infección-inflamación previa (balano postitis).

Fimosis

Cuadro clínico 

Básicamente podemos considerar dos tipos de fimosis en función del grado de retracción del prepucio:

  • Fimosis relativa: cuando el prepucio se retrae parcialmente.
  • Fimosis completa: cuando no se retrae el prepucio incluso estando el pene flácido.
  • Fimosis y parafimosis: hay que diferenciar la fimosis de la parafimosis; la parafimois se produce cuando el glande pasa de forma forzada a través de un anillo fimótico (estrecho), el prepucio posteriormente se edematiza, se inflama y no puede regresar a su posición normal. La inflamación progresa en la parte retenida bajo presión y no cesará hasta su reducción manual o quirúrgica, la parafimosis es una urgencia urológica.

Preguntas frecuentes 

¿El exceso de piel prepucial condiciona fimosis?

No, sólo existe fimosis si la piel prepucial presiona mucho el cuerpo del pene al descender; si impide “destapar” el glande o si es difícil volver a cubrir el pene tras la retracción prepucial. Si la piel baja libremente y no hay presión durante la erección, no habrá fimosis. El exceso de prepucio por tanto no es fimosis.

¿Frenillo del pene?

Es un pliegue cutáneo que se sitúa en la parte inferior del glande. Su función es unir el prepucio, que es la piel del pene que recubre el glande. El frenillo ayuda a devolver el prepucio retraído a su posición normal, cuando el pene está en estado de flacidez. El frenillo es también una zona erógena de gran sensibilidad. Si el frenillo es muy corto queda muy tirante y a veces dificulta la retracción de la piel que cubre el glande.

En otras ocasiones el frenillo del pene es demasiado corto para permitir la retracción completa del prepucio, se llama frenillo breve o más comúnmente frenillo corto. Tratamiento de frenillo corto: denominado frenuloplastia, consiste en la sección transversal del frenillo con el pene estirado hasta eliminar la tensión que producía. Se puede realizar con bisturí frío o con bisturí eléctrico y generalmente se debe practicar una sutura longitudinal con fines hemostásicos y estéticos.

¿Qué puede pasar cuando un hombre tiene el frenillo corto?

Los hombres con frenillo corto pueden sufrir un desgarro en la zona. Esta rotura suele causar hemorragia y dolor fuerte teniendo que recurrir a urgencias la mayor parte de las veces

Tratamiento 

A partir de los cuatro años de edad si el niño sigue con dificultad para retraer el prepucio puede ser útil la aplicación de una crema con corticoides durante 3 ó 4 semanas. La circuncisión es la opción principal para solucionar la fimosis. Este procedimiento permite dejar al descubierto el glande del pene. La circuncisión tradicional requiere el corte con bisturí o con tijeras, puntos de hemostasia, habitualmente con bisturí eléctrico y sutura para cerrar la herida y evitar el sangrado. Otro procedimiento es el sistema CirCurer que realiza la circuncisión con una pistola automática que corta el prepucio y lo sella con grapas biodegradables evitando el uso de suturas.

 

Dr. Miguel Litton Muñoz, urólogo.