Considerando que la evolución de la enfermedad puede ser muy variable, su tratamiento también estará sujeto a diferentes alternativas. En muchas ocasiones será suficiente la simple vigilancia y observación.

En fases más avanzadas de esta patología será preciso empezar con un tratamiento farmacológico que nos permitirá actuar sobre la obstrucción de la uretra, aliviando con ello, los síntomas molestos derivados de la misma. En casos más severos o especialmente graves, será preciso recurrir a la cirugía.

Algunos hombres serán candidatos directamente para cirugía sin pasar por el tratamiento con medicamentos. El urólogo explicará los motivos; los pros y los contras de esta opción.

Distinguimos cuatro tipos de medicamentos para el tratamiento farmacológico de la HBP:

1. Los Alfabloqueantes

Son la primera opción para tratar los síntomas obstructivos del tracto urinario inferior causados por la reducción del flujo urinario y las alteraciones subsiguientes que ya expusimos en el post anterior. Estos fármacos pueden relajar la musculatura lisa de la próstata y del cuello de la vejiga, consiguiendo que la orina fluya mejor por la uretra, mejorando los síntomas.

Tamsulosina    Silodosina  Terazosina    Alfuzosina    Doxazosina

Los efectos secundarios de los Alfabloqueantes pueden incluir mareos, especialmente al sentarse o levantarse, rinitis, estreñimiento, nauseas, diarreas, urticaria, eyaculación retrógrada.

2.    Inhibidores de la 5 Alfareductasa (5-ARIS)

Son fármacos para el control de los síntomas, si la próstata está significativamente aumentada de tamaño (próstatas evaluadas por ecografía y tacto rectal), de 60 gramos o más.

Los dos medicamentos que se prescriben en estos casos son:

Dutasteride     Finasteride

Con estos fármacos podemos conseguir en muchos casos disminuir el tamaño de la próstata y reducir la presión sobre la uretra, facilitando el paso de la orina y mejorando los síntomas (urgencia y frecuencia miccional entre otros).

Dutasteride y Finasteride inhiben la enzima 5 Alfareductasa bloqueando el paso de testosterona (T) a Dihidrotestosterona (DHT).

La DHT, Juega un papel importante en el crecimiento no maligno de la próstata, frenando su síntesis a nivel prostático se puede inhibir el crecimiento de la hiperplasia. La mejoría de los síntomas suele producirse a los 3- 6 meses de haber iniciado el tratamiento.

Los efectos secundarios más frecuentes pueden incluir disminución de la líbido y disfunción eréctil, si bien, en algunos estudios, estos efectos indeseables no pasan del 10- 15 % de los pacientes.

Estos medicamentos afectan el resultado del análisis del PSA (antígeno prostático específico).

  • Combinación de medicamentos:

Dutasterida  +  Tamsulosina

Cada cápsula contiene 0,5 mg de Dutasterida y 0,4 mg de hidrocloruro de Tamsulosina.

Tamsulosina  + Solifenacina

La Solifenacina pertenece al grupo de fármacos denominados anticolinérgicos. Su función consiste en reducir las contracciones involuntarias de la vejiga, aumentando la cantidad de orina que se puede almacenar.

Hay que tener en cuenta los efectos adversos (unidos a los ya descritos de la Tamsulosina), como sequedad de boca, estreñimiento, visión borrosa entre otros.

4.  Inhibidores de la enzima Fosfodiesterasa tipo 5 (PDE- 5). 

Tadalafilo5 mgr .

Es un fármaco utilizado habitualmente para alcanzar o mantener la erección en pacientes con disfunción eréctil.

El Tadafilo a pequeñas dosis, 5 mg diarios, puede aliviar los síntomas molestos de la HBP. Tiene un doble efecto: mejora la entrada del flujo sanguíneo en los cuerpos cavernosos del pene y relaja la musculatura lisa del cuello de la vejiga.

El Tadalafilo, aún a dosis pequeñas, como otros inhibidores de la PDE-5 puede disminuir el flujo de sangre que entra en el corazón y por tanto estará contraindicado en pacientes con problemas cardiacos (será necesario consultar con el cardiólogo).

Los efectos secundarios más frecuentes son dolor de cabeza, rubor facial y congestión nasal.

Tratamiento Quirúrgico

Aproximadamente un tercio de los pacientes que padecen HBP terminan requiriendo un tratamiento quirúrgico, bien por mala respuesta a los fármacos, o por complicaciones derivadas de la obstrucción del tracto urinario (alteraciones morfológicas en la vejiga como divertículos, cálculos vesicales, retención de orina aguda o crónica, infecciones urinarias frecuentes, episodios recurrentes de sangrado, hematuria).

 

Normalmente casi todos los pacientes que optan por la cirugía han estado en tratamiento farmacológico previo.

La técnica quirúrgica más adecuada depende del tamaño de la próstata y de las características de cada paciente; “hay que hacer un traje a la medida”.

La mayoría de las cirugías para la HBP se realizan por vía transuretral, pasando los instrumentos a través de la uretra (tubo metálico hueco llamado endoscopio que está equipado con una lente y una fuente de luz permitiendo al cirujano ver en el interior de la uretra y de la vejiga.

Escoger el procedimiento más adecuado dependerá del tamaño de la hiperplasia, de la severidad de los síntomas, de la edad y de las condiciones físicas, teniendo siempre en cuenta los riesgos asociados.

La cirugía de la hiperplasia prostática benigna (HBP) es muy resolutiva y tiene, por lo general, pocas complicaciones, pero hay que hacerla sólo cuando es necesaria.

Procedimientos:

      RTUP (Resección transuretral de la próstata)

En una Resección transuretral de la próstata (RTUP), se introduce un instrumento visual y quirúrgico combinado (resectoscopio) a través de la uretra donde está rodeada de tejido prostático. Un circuito selectivo corta el exceso de tejido de la próstata para mejorar el flujo de la orina.

Las complicaciones más importantes son el sangrado (hematuria), la eyaculación retrógrada ( 70%) y en algunos pocos casos la incontinencia urinaria ( 1-3%) y la disfunción eréctil ( 5-10 %).

 

     

      Cirugía abierta (Adenomectomía prostática).

Técnica reservada para pacientes con próstatas muy grandes (peso por encima de los 70-80 gr). Conlleva hospitalización prolongada, de 3 a 5 días, transfusión sanguínea en ocasiones y con riesgo más alto de impotencia e incontinencia urinaria (10%).

     

      Incisión transuretral de la próstata (TUIP).

Es una alternativa para próstatas de pequeño tamaño.

 

      Técnicas de vaporización (VTUP) mediante láser:

·      Fotovaporización prostática con láser verde y láser de diodo :

Se introduce un cistoscopio láser por la uretra y se vaporiza el tejido hiperplásico. Se consigue un excelente control del sangrado y estancia hospitalaria menor de 24 h. Puede tener una tasa elevada de retratamiento, del 15 al 20% al cabo de los 5 años. Esta técnica es recomendada por las directivas de la Asociación Americana y Europea de Urología como opción de tratamiento estándar para la cirugía HBP para próstatas de hasta 60 gr de peso estimado.

·      HOLEP (Enucleación prostática con láser Holmiun)

  El tejido enucleado se introduce en la vejiga triturándose (morcelándose) para poder extraerlo y analizarlo. 

 

 

 

 

 

 

·      HOLAP (Ablación prostática con láser Holmiun)

      Cirugía laparoscópica (Prostatectomía LAP).

Técnica alternativa a la cirugía abierta (adenomectomía por abordaje laparoscópico), reservada para próstatas muy grandes y con menos complicaciones que la cirugía abierta convencional.

Podemos contar hoy día con muchos tratamientos novedosos para la HBP, si bien se necesitan estudios metodológicos y con un seguimiento en el tiempo para conocer su eficacia a medio y largo plazo.  Entre estos procedimientos:

   ·  Embolización arterial prostática:

Se ocluyen los vasos sanguíneos arteriales que irrigan la próstata produciendo una isquemia que secundariamente disminuirá el tamaño de la próstata mejorando el flujo de orina.

   ·  REZUM (terapia térmica con vapor de agua)

El sistema REZUM, utiliza la radiofrecuencia para generar energía térmica “húmeda” en forma de vapor de agua, que se inyecta en la zona de transición y/o lóbulo.

Miguel LITTON MUÑOZ. URÓLOGO